Las Obras Misionales Pontificias de América unidas con el Domund

Las Obras Misionales Pontificias de América unidas con el Domund

  • On 21 de septiembre de 2021

OMPRESS-ROMA (21-09-21) Las Obras Misionales Pontificias de los países de América han elaborado conjuntamente un texto con material formativo, pautas de oración y animación litúrgica, y temas de reflexión con el objetivo de cooperar en la animación del Mes Misionero.

El texto, que se abre con el mensaje del Santo Padre para la Jornada Mundial de las Misiones y cuyo título es “No podemos callar lo que hemos visto y oído” (Hechos 4, 20), editado por el P. Ricardo Guillén Dávila, director nacional de las OMP en Venezuela ofrece una visión bíblica y teológica del texto de Hechos 4, 1-22, del trasfondo e inspiración del mensaje para el Mes de las Misiones 2021, y del mismo mensaje del Papa.

El documento incluye propuestas de animación misionera, cada una de ellas formulada según el grupo de destinatarios: obispos, sacerdotes, ancianos y enfermos, grupos misioneros, niños y adolescentes, jóvenes, familias. A los obispos, S.E. Mons. Waldo Barrionuevo, CSsR, Vicario apostólico de Reyes, director nacional de las Obras Misionales Pontificias de Bolivia, les ofrece también algunas reflexiones con referencia a la corresponsabilidad del Colegio Episcopal y al servicio de las Obras Misionales Pontificias en las Iglesias particulares.

Las reflexiones destinadas a los sacerdotes las realiza el P. Yoland Ouellet, O.M.I., director de las OMP del Canadá francófono, que ilustra el pensamiento del papa Francisco sobre el testimonio al que están llamados los sacerdotes, con la ayuda de referencias precisas a los textos del magisterio del Santo Padre. Se dividen en: misión para todos; la alegría de ser sacerdote; cómo podemos silenciar la alegría que hemos descubierto; anunciar a todos; el sacerdote con su alegría anuncia la buena nueva; permanecer en Cristo; ordenados para ser buenos pastores; ser testigos auténticos; cercanía.

Otro apartado, a cargo de la dirección nacional de las OMP de México, está constituido por las aportaciones para los enfermos y ancianos, con el fin de reafirmar el compromiso misionero en el testimonio que viven los ancianos y los enfermos, para que, a partir del reconocimiento y seguimiento de Jesús, respondamos a las personas que necesitan experimentar el perdón y la misericordia divina, escuchando sus inquietudes y hablándoles del amor incondicional que el Padre les tiene.

Las aportaciones para los grupos misioneros, editadas por la comisión nacional de la Obra de Propagación de la Fe – OMP Argentina – constituyen otro apartado más: “Como grupos misioneros tenemos la tarea de ser agentes activos de la nueva evangelización tanto en nuestra comunidad de origen (muy necesaria en este tiempo de pandemia donde vemos tantas necesidades en distintos aspectos de la vida de las personas), y también como primera evangelización en otras comunidades, más alejadas, más pobres”.

El material incorporado para los niños y adolescentes, “para que cada niño y adolescente tome conciencia de la importancia de dar testimonio de Jesucristo”, ha sido preparado por la dirección nacional de las OMP de Ecuador. En cuanto al destinado a los jóvenes, realizado para “reavivar en ellos el espíritu misionero ya que están llamados a llevar a los demás la buena noticia de lo que han visto y oído y a ser redimidos por el amor de Cristo que nos desafía hoy a un camino de transformación hacia nuestros pueblos”, ha sido realizado por la dirección nacional de las OMP de Honduras.

Las aportaciones para la familia, preparadas la dirección nacional de las OMP de Costa Rica con la ayuda del P. Ronny Solano S., secretario ejecutivo de la Comisión nacional de familia y vida de la Conferencia episcopal de Costa Rica, conforman una gran parte del texto ya que “Cada familia que ha tenido un verdadero encuentro con Cristo y ha respondido con alegría a su llamada debe decir: lo que hemos visto y oído, no lo podemos callar (cf. Hechos 4,20). Cuando la familia, como todo cristiano, es evangelizada, se convierte en objeto de evangelización. También corresponde a la familia ser un discípulo misionero del Señor Jesucristo”. A partir de esta consideración se propone la subdivisión de las tareas de la familia, Iglesia doméstica, en dos momentos de misión: la familia en misión que se evangeliza y la familia en misión que evangeliza.

El texto está disponible en español, inglés y portugués.

 

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