Eduardo Verástegui, productor de cine: “Todos los católicos deberíamos de ser misioneros, cada quien desde su campo”
- On 5 de julio de 2024
En el marco de la I Semana de la familia Máster de la Universidad Francisco de Vitoria y San Pablo CEU, Obras Misionales Pontificias se ha encontrado con el actor y productor Eduardo Verástegui, para hablar sobre qué significa que todos los católicos somos misioneros, y las implicaciones que tiene esta “sencilla” afirmación.
Hablando con Javier López, de Obras Misionales Pontificias de España, Verástegui manifestaba su convencimiento de que “todos los católicos somos misioneros. Más bien, corrijo, deberíamos de ser misioneros. Y cada quien lo ha de ser desde su trinchera, cada quien desde su campo, seas productor de cine, seas actor, seas maestro, seas carpintero”. Nuestra visión en la vida, señalaba el productor de cine, ha de ser “conocer, amar y servir a Jesucristo. En ese propósito nos convertimos en misioneros”. Explicaba que en su trabajo ha tratado de contar testimonios, empezando por el suyo propio, e historias de personas que también han sido tocadas por Dios y ver cómo sus vidas “se han convertido en instrumentos de Dios para acercar a más personas a Él”.
El actor y productor de “Bella” o “Sonido de libertad (Sound of Freedom)”, cuando se le dice que las personas de su perfil mediático no suelen manifestar su fe, señala que “nos quieren hacer creer que lo normal es anormal, pero lo normal para un católico es rezar”. Existen las redes sociales y plataformas, en las que todo el mundo muestra lo que viste, lo que compra o lo que lee. “Al final del día es un álbum de fotos, de vídeos, que le estás abriendo al mundo. Esto es quién soy. Y no puedes esconder quién eres”. Por eso, añade, “para mí es muy normal, si voy a misa, subir un vídeo. ¿Qué tal familia? Estamos aquí en misa. Les mando un fuerte abrazo”. Lo mismo si reza el rosario, porque, “si eres una persona de oración, cómo no aprovechar esa oportunidad”. Después, “habrá gente que te aplauda, habrá gente que te critique, pero al final del día, hagas lo que hagas, eso va a suceder. Por ello, haz lo que te apasiona, haz lo que crees, y ya”.
Sobre si él se siente misionero, anunciando su fe, Eduardo Verástegui es tajante: “Sí, claro. Soy un misionero disfrazado de productor de cine”, porque, aclara, “un misionero, ¿qué hace? Básicamente da testimonio y habla de lo que Dios ha hecho en su vida. Simplemente compartes. Esto es lo que me ha ayudado a mí en mi vida. Esto es lo que me da la paz”. Si esto después puede ayudar a alguien es increíble.
Verástegui ha agradecido la oportunidad de conocer muy de cerca a una gran misionera, la Madre Cabrini (1850-1917), gracias a la película que pudo producir sobre esta santa, que fue misionera en Estados Unidos y que incluso adoptó como segundo nombre –todo un programa de vida- el de Javier: Francisca Javier Cabrini. Eso le hizo ver la riqueza a disposición de los católicos que, “todos los días, deberíamos leer algo sobre la vida de un santo, porque te va a pegar algo. Algo bueno”. Son testimonios que “te dan fuerza para seguir adelante en este mundo en el que puede parecer en ocasiones complicado poner en práctica nuestra fe”. Todo ayuda para “poner tu fe en el centro de tu vida y poner a Dios en el centro de tu vida”. Se trata, explica, de que cada decisión que tomas, la tomes y la filtres en base a lo que piensa Dios. Se trata de que eres tú el que se tiene que “alinear con el pensamiento de Dios y no al revés”.
El productor valora la vocación específicamente misionera: “Un misionero que deja todo para irse a algún rincón del mundo donde todavía no se anuncie el Evangelio, esa es una vocación muy específica”. Y reconoce que reza para que quien recibe esta vocación diga sí a Dios porque “el mundo mejora con su sí, y en eso hay un beneficio para ti, para mí y para todos”. Su sí es un impulso para que cada uno seamos misionero en nuestro entorno, para “que no dejes a Dios encerrado en tu casa, por miedo al qué dirán”.