“Llevadles la esperanza del Señor, sed testigos de su compasión y amor misericordioso”, así concluye el mensaje del Papa Francisco para el tercer Congreso Eucarístico Nacional de Madagascar celebrado hace pocos días en la diócesis de Antsiranana.

El Santo Padre ha querido animar a los 30.000 participante a que redescubran “el sentido de la adoración eucarística y el deseo de pasar tiempo con Cristo”, y ha aplaudido que esta iniciativa ayude a que los hijos de las comunidades cristianas vuelvan a lo esencial.

Sin embargo, Francisco ha llamado a no quedarse sólo en el misterio, sino que “una vez que hayáis encontrado a Cristo en la adoración, una vez que lo hayáis tocado y recibido en la celebración eucarística, ya no podéis guardarlo para vosotros mismos, sino que os convertís en misioneros de su amor para los demás”. Este congreso ha sido bastante relevante en el país, contando con la participación de todos los obispos de Madagascar así como con el mismo presidente de la República, Andry Rajoelina, acompañado de su esposa. Además, ha supuesto toda una revolución para la fe católica en el país, generando expectación, incluso antes de que se celebrase, por redes sociales y la radio católica de Madagascar.