Cabrini, una mujer italiana
- On 10 de mayo de 2024
El director mexicano Alejandro Monteverde estrena Cabrini, donde narra la vida de esta santa que supo reconocer la dignidad de huérfanos, pobres y migrantes.
¿Cómo conoció la vida de la madre Francesca Cabrini y por qué decidió hacer esta obra sobre ella?
Me gustaría decirle que la decisión fue mía, pero fue al revés: la película tocó a mi puerta. Yo no sabía absolutamente nada sobre la vida de esta mujer y mi primera reacción fue rechazarla antes de leerla. Les dije que cómo iba a hacer yo una película sobre una monja. Pero confío mucho en el hombre que me la ofreció, Eustace Wolfington, que también es uno de mis mentores y el productor principal, así que la leí y me di cuenta de mi ignorancia sobre la vida de esta mujer, que es la vida de una guerrera. Ella fue una de las primeras mujeres en enfrentarse a líderes políticos para lograr cambios sociales. Poco a poco me fue interesando más el guion y cambió mi opinión. Así es como empezó esta travesía.
El filme muestra cómo los italianos que llegaban a Nueva York eran vistos como una amenaza. Cabrini además es patrona de los migrantes, ¿qué cree que aporta su testimonio al mundo de la migración actual?
La importancia del diálogo. Lo que ella hacía para lograr cambios no era alejarse del enemigo, sino todo lo contrario: crear puentes de conversación con el opuesto. Creo que esto es muy importante. Vivimos en una sociedad tribal donde se rompe cualquier forma de comunicación. Y si no hay diálogo no hay cambios, también en la migración. Yo le tengo mucho amor a Estados Unidos, me ha brindado todo como inmigrante, aún siendo difícil.
¿Qué ha supuesto hacer esta película para usted siendo mexicano y sabiendo el drama que se vive en la frontera sur de Estados Unidos?
La vida del migrante es una aventura con importantes riesgos. A mí lo que más me preocupa es el sufrimiento de los niños migrantes, porque ellos no deciden nada y muchas veces son separados de sus padres. ¿Cuál es la solución? Yo no la sé, pero la película hace una propuesta para poder lograr el diálogo. La audiencia está respondiendo muy bien, entre otras cosas porque es una película de lucha. En este caso es de migración, pero todos tenemos alguna lucha, ya sea contra la depresión, por temas económicos o de relaciones. El otro día conocimos a alguien que quería quitarse la vida y después de ver la película quiso seguir luchando.
«Todos piensan que fracasaremos sin la ayuda de un hombre», le dice Cabrini a sus hermanas en un momento de la cinta. ¿Por qué es importante este ejemplo femenino hoy en día?
En esta película se celebra el poder del corazón de una mujer. Una mujer cuya meta era el bienestar de los demás y que luchó contra un enemigo sistemático 100 % controlado por hombres, y que además logró que su voz alcanzara cambios. Llegó a Estados Unidos, no solo como inmigrante sino como mujer, en un lugar donde no tenían ni voz ni voto y ni siquiera podían ser dueñas de sus propias tierras. Me hicieron hace poco un comentario que me llamó mucho la atención: toda mujer debe ver esta película, pero todo hombre debe verla dos veces.
Cabrini se estrena en España el 10 de mayo pero ya lleva dos meses en las pantallas de Estados Unidos. ¿Qué acogida está teniendo?
Allí ha sido increíble. Ha alcanzado los primeros puestos por la crítica periodística y también por la audiencia que ha ido a verla. Además, y según las críticas, creo que es la película más acogida por la prensa. Y, sobre todo, la gente la sigue viendo, que es lo importante.
¿Le ha cambiado a usted en algo hacer rodar esta historia?
Cada película que hago me cambia un poco, dependiendo de la temática. Concretamente esta me ha ayudado mucho en lo personal y a seguir luchando. Hay una clave que dijo Cabrini y llevo marcada: «Puedes servir a tus debilidades o a tus propósitos». Yo estoy lleno de debilidades y también tengo mis propósitos, pero todos los días me levanto con esa decisión.
¿Qué huellas ha dejado santa Francesca Cabrini en nuestra sociedad?
El vivir para los demás y la lucha contra el narcisismo. Por más que duela decirlo, tengo la sensación de que vivimos en una sociedad donde estamos pensando todo el rato en el «yo, yo, yo». Y claro, esto va en contra de ver y escuchar a los demás. La vida de santa Francesca Cabrini se basa en escuchar a los otros, porque no vivir para los demás es una vida desperdiciada. Es a eso a lo que invita esta película, aunque sobre todo es una travesía cinematográfica y una ópera visual.
Ester Medina (Alfa&Omega)