Carla Restoy y un joven de 16 años con vocación al sacerdocio ‘se cuelan’ en Antena 3
- On 24 de junio de 2024
Cada vez es más común ver a programas de televisión interesarse por conocer a ‘influencers’ católicos, como Carla Restoy, o a jóvenes como Emilio Madrid, que a sus 16 años tiene claro que va a ser sacerdote… ¿Por qué generan tanta expectación?
Hace treinta o cincuenta años, conocer a una mujer que quería llegar virgen hasta el matrimonio o a un joven que tenía vocación al sacerdocio no habría escandalizado a nadie. Sin embargo, el devenir de la sociedad, hipersexualizada y centrada en el ‘yo’, tiene como consecuencia que la vida cristiana sea, como lo fue al principio, “escándalo para los judíos, necedad para los gentiles” (1 Cor. 1, 23).
“Yo solo quiero que me amen bien”, es el mensaje con el que Carla Restoy intenta convencer a los invitados del programa ‘Y ahora Sonsoles’ el pasado 21 de junio, de que mantener la virginidad hasta haberse casado no es una locura, ni una idea marciana de una iglesia “retrógrada” (como le han llegado a decir en otros programas de la misma casa).
Continuando la entrevista, la influencer asegura que “el cuerpo no es algo que tengo, es algo que soy”, haciendo referencia a que, “igual que no doy abrazos al repartidor de Amazon, quiero vivir en verdad ese mayor gesto físico”, una explicación a la que la presentadora responde con un gesto de haber por fin comprendido lo que es mantener la castidad hasta el matrimonio, acompañado de un “oye, pues muy bien, es que lo cuenta fenomenal”.
Y aunque por supuesto no todos los tertulianos están de acuerdo con Carla y su visión de la sexualidad, parece que con entrevistas como esta, las ideas que defiende la Iglesia van volviendo a calar en la sociedad, aunque solo sea para que no sean juzgadas de anticuadas o desfasadas, sino que todos puedan ver que el mensaje de Cristo vive en cada sociedad y en cada tiempo.
Del mismo, en ‘Y ahora Sonsoles’ del 18 de junio, la audiencia asistió perpleja a un testimonio que hoy en día suena a chino o marciano: Emilio Madrid, un joven de Badajoz que a sus 16 años ha ingresado en el Seminario Menor de la Diócesis. “Desde pequeño yo tenía un cura referente, y sabía que quería ser sacerdote”, responde Emilio, quien quiso contar su testimonio ante millones de españoles.
“Tuve un parón en la Iglesia, dejé de ir a misa, y un sacerdote me invitó a ir a visitar el seminario”, continúa el seminarista, quien ante los ojos atónitos de Sonsoles Ónega asegura que lo que más le llamó la atención del seminario fue que “todos eran normales”. “Hicimos lo que haría cualquier chaval- continúa Emilio- fuimos al cine, comimos lo que se come en una casa normal… y yo quería quedarme allí, al menos para probar, y al martes siguiente entré de interno”.
Dos historias que ponen de manifiesto que, aunque quieran hacer ver lo contrario, los medios y la opinión pública siguen admirados por los ejemplos y testimonios que la Iglesia lleva más de 2000 años ofreciendo al mundo.