Los beneficios y peligros de evangelizar en redes
- On 24 de mayo de 2024
Cada vez parece más claro que para hablar de jóvenes es necesario hablar de redes sociales. En los últimos años se puede ver cómo hay muchos adolescentes y jóvenes que están descubriendo la fe a través de este particular medio, e incluso conociendo grupos y realidades.
En redes sociales, los mensajes religiosos, las propuestas de fe y los misioneros digitales (luego explicaremos qué es esto) están haciendo mucho lío y usando estos medios que hasta ahora encerraban a los jóvenes, para hacer que se levanten de su sofá y vivan su fe en la calle.
En la tertulia de ‘Supergesto’ hemos intentado desvelar lo bueno y lo malo de que los cristianos estemos en las redes sociales. Este espacio está presentado por Fran Pinilla, sacerdote de Bilbao, y cuenta con la presencia de Carlos Taracena, misionero digital; Rocío Campos, joven de Hakuna y Julián Lozano, sacerdote y periodista de la diócesis de Getafe.
“El Señor me ha regalado ese anhelo de poder compartir la palabra mediante estos medios”, ha comenzado hablando Carlos Taracena para romper el hielo. Por su parte, el padre Lozano destaca que lo importante de las redes sociales, aunque parezca contradictorio, es hacer “que los jóvenes no estén metidos en ellas”, aunque por otro lado cree que “encontrar en las redes propuestas y mensajes es muy interesante”.
En un análisis más profundo, Ro Campos ha podido ver cómo la gente “usa las redes frente al sentimiento de soledad y abandono”, lo que la influencer cree que es algo positivo. Sin embargo, ella misma asegura que “si no las usas bien, te acaban haciendo daño”.
Ro Campos cree que “el sentido de mi vida no puedo no compartirlo, ya que, como dice el Papa, la alegría es misionera”. Eso sí, para Taracena la clave está en que “puedes expresar cómo está tu corazón, pero nunca va a ser la realidad de lo que estás viviendo”.
La receta frente a todo esto, por tanto, para el misionero digital, es tener una vida espiritual basada en “el acompañamiento, la comunidad y la oración”.