«Una joven cristiana del montón» consigue reunir a más de 2.600 personas casi 100 años después de su muerte
- On 29 de mayo de 2023
Beatificada el pasado 6 de mayo en Granada, nació en 1905 y murió con 21 años de tuberculosis en 1926. Llegó a afirmar: «Mi vocación es la enfermedad».
Tal y como informan desde Alfa y Omega, «Conchita es ya la beata de la vida diaria, de la juventud, del laicado, de la misión, de la Eucaristía. Es beata porque supo mirar cara a cara el rostro de Dios en la vida sencilla de la Granada de comienzos del siglo XX», afirmó Francisco Javier Caballero, superior provincial de los Misioneros Redentoristas de España, durante la ceremonia de beatificación de María de la Concepción Barrecheguren, más conocida como Conchita. La celebración tuvo lugar el pasado sábado en la catedral de Granada y fue presidida por el prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, el cardenal Marcello Semeraro. Lo acompañaron el arzobispo de Granada, José María Gil Tamayo; el emérito, Javier Martínez; los obispos de Guadix, Jerez y Córdoba, y el arzobispo emérito de Valencia. Alrededor de 2.600 fieles llenaron el templo, procedentes de ciudades como Salamanca, Sevilla, Madrid o Almería.
«De niña tuvo mala salud, por lo que por consejos médicos no asistió a escuelas públicas pero recibió una educación adecuada por su padres, con ayuda de profesores externos». El postulador incidió en cómo la joven enfrentó arduas pruebas desde la infancia, como fue una crisis de fe a los diez años, el agravamiento de su salud con doce a causa de una inflamación intestinal y fuertes dolores o el ingreso de su madre en un sanatorio por desequilibrios mentales, afrontándolas todas ellas «heroicamente» y «desde la oración constante», aceptando «a voluntad de Dios en el fluir de la vida cotidiana». También relató cómo los problemas de salud no fueron obstáculo para que la joven «se desviviese por los pobres», llegando a ser «una referencia ejemplar de vida cristiana testimoniada conforme al Evangelio».
Desde el 29 de noviembre del año 2007, las reliquias de Conchita se encuentran, junto a las de su padre, en el Santuario de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Granada. En 2014, por intercesión de Conchita, una niña de 16 meses fue curada de un síndrome con daño multiorgánico causado por el estreptococo del grupo A.
Anteriormente, en la carta pastoral publicada tres días antes de la ceremonia, el arzobispo remarcó como con la beatificación, Conchita es un «modelo de vida cristiana», especialmente para jóvenes, familias y enfermos. Su ejemplaridad, dijo, radica en estos tres rasgos: «Su vida familiar, que genera un espacio de crecimiento humano y cristiano donde brotan los frutos del Evangelio. Su juventud, vivida desde la fe en Jesucristo y que le lleva a descubrir su vocación como identificación con la voluntad de Dios. Su enfermedad, que le ayuda a interpretar la fragilidad de la vida humana y a ofrecerla a Dios».