Estos días la comunidad de Youtube en lengua castellana está de luto. Uno de los creadores de contenido más vistos, Jordi Wild (The Wild Project – 5,8 millones de suscriptores), ha perdido a su padre de 71 años de una manera repentina y muy dolorosa.

Un par de semanas después Jordi retomaba las famosas tertulias, que tanto éxito han cosechado, hablando de de Papa Giorgio (así se conocía a su padre en redes). En la intro del programa, el youtuber rompe a llorar recordando a su padre y cómo fueron sus últimas horas, unas palabras que a cualquiera que las vea le encogen el corazón.

Cuando ayer veía esta tertulia, me preguntaba por qué me estaba llamando tanto la atención y emocionando de esa manera, si al fin y al cabo ni conozco ni creo que nunca vaya a conocer a Jordi Wild.

Pues bien, después de un rato pensando llegué a la siguiente frase del Evangelio: “De lo que rebosa el corazón habla la boca” (Lc 6, 45). No pude evitar en pensar en esto que le dice Jesús a los fariseos, porque es una verdad que resume de una manera muy gráfica el corazón humano.

Tanto cariño al recordar a su padre, incluso durante el programa con sus tertulianos, me da esperanza, al ver que el Señor nos ha hecho bien, es decir, nos ha creado para amar.

Acto seguido pensé: ¿Qué pasaría si yo realmente contara cómo fue la pasión de Jesucristo con esa emoción y esas lágrimas? ¿Suscitarían los mismos sentimientos que Jordi Wild hacia sus suscriptores?

Supongo que sí, y supongo que esa es la razón por la que doce apóstoles consiguieron llevar la Palabra de Dios y la Buena Noticia hasta los confines de la tierra.

Y esa es la misión, ese es el celo apostólico y la pasión por la evangelización de la que tanto ha hablado el Papa Francisco: tener tan presente a Dios en nuestra vida que podamos hablar de Él como Jordi Wild ha hablado de Papa Giorgio.

Para terminar, hay una frase del podcast que también me ha hecho reflexionar y pensar, y que te voy a dejar para terminar esta firma, por si te sirve para algo (piensa si dirías esta frase si Dios no estuviese en tu vida): “Mi vida es mucho peor ahora sin mi padre, es una realidad y es lo que hay, pero mi vida es peor, porque él era una alegría para mí, era un pilar”.

Carlos de Arteaga