San Carlos de Foucauld, un modelo para llevar el Evangelio a los desiertos de nuestro tiempo
- On 22 de noviembre de 2022
La Agencia Fides nos recuerda la vida de este misionero francés que presenta a todos como un modelo de vida y testimonio cristiano. Su testimonio cuenta cómo se puede confesar y anunciar a Cristo no sólo en el desierto argelino, sino también en los desiertos espirituales que crecen en tantas ciudades metropolitanas en todo el mundo.
Charles de Foucauld, huérfano a los seis años, pronto se olvidó de las oraciones que había aprendido en la infancia. De joven, vivió una vida de aventurero, suspendida entre su carrera militar y sus exploraciones en el norte de África. Para él, como para muchos jóvenes de la actualidad, el cristianismo se convirtió en un pasado que a él no le concernía. Lo redescubrió como un nuevo comienzo gracias a la cercanía de su prima Marie de Bondy y Henri Huvelin, que se convirtió en su padre espiritual: «Antes iba a la iglesia sin creer. Solía pasar largas horas allí repitiendo esta extraña oración: “Dios, si estás ahí, déjame conocerte”».
En la experiencia del joven Charles, queda claro desde el principio que el corazón humano puede ser movido, conmovido y cambiado no por estrategias inventadas para hacer el mensaje cristiano atractivo y cautivador, sino sólo por la atracción obrada por la gracia de Cristo mismo, que comienza su obra y la lleva a término. En una meditación de noviembre de 1897, recordando cómo comenzó su nuevo camino en la fe, de Foucauld escribió: «Todo esto fue obra tuya, Señor, y sólo tuya…. Tú, mi Jesús, mi Salvador, lo has hecho todo, tanto dentro de mí como fuera». A los 20 años, confesaba vivir «como se puede vivir cuando se apaga la última chispa de la fe». Murió en el desierto de Argelia, asesinado por uno de esos mismos musulmanes entre los que había vivido tanto tiempo, sirviéndolos gratuitamente, sin haber “ganado” ninguno de ellos para la fe católica.